La Era de la Conciencia

Desde hace algunos años, motivado principalmente por la socialización en el uso de nuevas tecnologías de la comunicación y la información, venimos oyendo hablar que nos encontramos inmersos en la denominada Era de la Información, a la que le precedió hace décadas la Era Industrial, en la que fue predominante el uso de la maquinaria y la mecanización para la optimización de los procesos productivos del tejido empresarial. Hoy día nos encontramos en la antesala de la que podemos denominar la Era de la Conciencia.

Esta Era de la Conciencia, como sus predecesoras, tiene su germen en un momento de revolución y cambio. La situación económica, financiera, social y política en la que nos encontramos a escala internacional, promueve la aparición de nuevos paradigmas, nuevos problemas, nuevas situaciones, que deben de ser resultas y satisfechas con nuevas soluciones, nuevas propuestas y nuevas formas de entender y hacer. Como decía Einstein, “La crisis es la mejor bendición que puede sucederles a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura”.

Pera la naturaleza humana es, de por sí, contraria y reacia al cambio. El posicionamiento de la persona en su denominada “zona de confort”, sus miedos a lo desconocido y sus autolimitaciones y autocreencias, constituyen barreras, en muchos casos infranqueables, impidiendo el desarrollo, el crecimiento y la evolución de la persona, en definitiva el aprendizaje. El mayor problema que la persona tiene en la mayoría de los casos es la propia persona, su principal enemigo se encuentra en su interior. Es frecuente oírnos a nosotros mismos y a nuestros interlocutores expresiones tan autosaboteadoras como “yo creo que no soy capaz”, “yo soy así”, “tengo miedo a…” o “y si…”, que nos posicionan en una situación tan falta de recursos que difícilmente podemos afrontar con éxito los proyectos y retos que deseamos acometer.

Ante este contexto, tenemos dos formas de responder: sentirnos víctimas de la situación, como barco a la deriva que navega en función de la dirección del viento y la corriente del agua, tratando de salvar los precipicios, cataratas y obstáculos para SOBREVIVIR; o convertirnos en patrones de barco, del barco de nuestra VIDA, eligiendo el puerto al que queremos llegar, las metas que queremos conseguir y eliminar todo el lastre que en nuestra travesía nos dificulta, y VIVIR.

Los resultados que obtenemos en todas nuestras facetas de la vida, dependen de nuestros comportamientos, comportamientos que a veces nos empujan hacia adelante y otras veces nos autosabotean. Nuestros comportamientos dependen de cómo nos encontramos, de cómo nos sentimos, de nuestras emociones. Todos recordamos esas situaciones repletas de alegría, de felicidad, de satisfacción…que nos potencian a comportarnos de una manera proactiva, con ilusión, con atrevimiento…pero también tenemos presentes aquellas situaciones en las que el miedo, la ira, la tristeza…nos limitan y nos impiden dar pasos seguros hacia delante. Estas emociones nacen de un primer pensamiento, de una idea, de una creencia, que desencadenará un proceso que será potenciador o limitador. ¿Y si tomamos el control de nuestras creencias, nuestras emociones y nuestros comportamientos? ¿Cuál sería el resultado?

Esta realidad es igualmente palpable dentro de las propias empresas, entidades e instituciones, públicas y privadas, donde la necesidad de replanteo, de reinvención y de adoptar nuevas soluciones para sobrevivir, adaptarse al contexto y a las nuevas circunstancias, se topa en muchos casos con una estructura y organización rígida y una actitud de los recursos humanos victimista, derrotista y autocomplaciente.

Ante este escenario, es momento de Tomar ConZiENcia, tanto a nivel personal, como empresarial y colectivo, y de comenzar a plantearse el hacer las cosas de otra manera (“no se puede pretender obtener diferentes resultados haciendo siempre lo mismo”), eliminando nuestros miedos, nuestras autobarreras y limitaciones, siendo conscientes del potencial que llevamos dentro y saliendo de nuestra cómoda zona de confort. Sólo así podremos afrontar un nuevo camino de aprendizaje, crecimiento y evolución. Sólo así podremos conseguir que nuestras empresas y entidades puedan seguir avanzando en un entorno de continuos cambios.
Desde Conzientemente así lo entendemos…así lo visualizamos…por ello trabajamos…

1 comentario
  1. Juan Carlos Montoya
    Juan Carlos Montoya Dice:

    Completamente de acuerdo. Este está siendo un tiempo de revolucionarios cambios y hay que tener por seguro que, solo desde nuestra re-ubicaciòn, será posible salir airosos ante el nuevo tiempo. Buscar soluciones entre los antiguos paradigmas es un salto al vacio. Hoy, la aventura de la conciencia, hace posible la construcción de nuestro YO, fuera de todo condicionamiento del pasado para afrontar el futuro con el poder de nuevas utopías. Empreseas humanas para el nuevo tiempo. Felicidades por la iniciativa conziente.

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