El líder GEAR: la palanca de cambio del equipo

El líder GEAR: la palanca de cambio del equipo


Tic, tac…tic, tac…tic, tac… tic, tac… el sonido de la exquisita precisión asociada a los relojes suizos está relacionado con la sincronía, complementariedad y encaje de todas las piezas que forman ese perfecto engranaje para dar cumplido a la misión encomendada por el dios Cronos.

Como si de un reloj se tratase, el engranaje de un equipo de trabajo está constituido por un conjunto de piezas, unas en relación con otras, para conseguir desarrollar su misión común. Hay equipos que son más relojes de sol, sólo funcionan cuando las condiciones y las circunstancias son luminosas y ventajosas, pero cuando vienen “claroscuros” dejan desarrollar su función y “se apagan”; los hay que son más relojes de arena, hacen su función de manera correcta, pero siempre dependen de impulsos externos para que “su arena” no deje de fluir, teniendo poca autonomía; los hay que son de aguja, que son capaces de mantener la esencia y la naturaleza de siempre pero adaptándose a nuevas tendencias y nuevas funcionalidades; y los hay digitales, en continua evolución, rediseño, capaces de integrarse con otros sistemas y elementos para nuevas aplicaciones.

Para que el engranaje del equipo esté en perfecta sintonía y sincronicidad es necesaria la figura de lo que desde Conzientemente llamamos el líder GEAR (Gestor de Equipos de Alto Rendimiento), la pieza que marca el “tempus” y la marcha del equipo y que sirve de conexión entre la alta dirección y el resto de la organización.

Todo líder GEAR tiene la misión de engrasar de manera continua al resto del engranaje del equipo. Y para ello utiliza un lubricante de última generación denominado 3I, algo que en algunos casos lo trae de fábrica, como algo natural, mientras que en otros casos es sintético y ha de ir adquiriéndolo e integrándolo poco a poco. Este lubricante 3I está constituido por tres componentes principales: Inspiración, Impacto e Influencia. Inspiración para ser capaz de despertar en cada uno de los componentes del equipo ilusión, motivación, implicación, creatividad…su mejor versión. Impacto, para dejar huella en su equipo, con sus actos, con sus palabras…y con sus silencios. Influencia, generando en el otro un modelo y referencia a seguir y del cual aprender.

Con esta visión en mente, el líder GEAR debe de marcarse como objetivo clave de su propio desempeño el desarrollo de un conjunto de competencias ‘soft´, para lo que es imprescindible que las empresas inviertan en el desarrollo de programas específicos de capacitación y training que permitan desarrollar en los mandos intermedios ciertas habilidades clave:

  • Desarrollar y hacer crecer su equipo de trabajo, sacando lo mejor de cada componente.
  • Desarrollar empatía hacia sus colaboradores, siguiendo para ello un modelo de liderazgo situacional, que se adapte a cada uno de los componentes.
  • Comunicación efectiva, clara y transparente, en la compartición de la visión y los objetivos del equipo.
  • Crear una cultura de desarrollo y crecimiento que parta de la escucha y una mirada apreciativa hacia cada uno de los componentes nuestro equipo. Decía Goethe “Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser.
  • Convertirse en un gestor emocional para desarrollar la capacidad de reconocimiento y gestión de las propias emociones, así como las de los demás.
  • Claridad mental para la toma de decisiones, clave para un mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), en continuo cambio y evolución.
  • Pensar fuera de la caja, con creatividad, apertura, flexibilidad y mentalidad abierta.

Desde nuestra experiencia y visión, todo liderazgo ha de comenzar por el propio autoliderazgo individual: no es posible liderar a otros si no somos capaces de liderarnos a nosotros mismos. De ahí la importancia de que todo mando intermedio deba de poner foco en su propio crecimiento y desarrollo, desarrollando un camino que va desde el propio Autoconocimiento, su Autogestión y finalmente… su Autoliderazgo. Algo que desde Conzientemente trabajamos desde nuestra metodología Triple A®.

¿Transformación Digital sin “Transform-Acción” de las Personas?

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¿Transformación Digital sin “Transform-Acción” de las Personas?

Era el verano de 1.996 cuando tuve que tomar a los casi 18 años (soy de los de final de año) mi primera decisión importante, una de las primeras decisiones que iban a ir marcando mi futuro camino profesional (y también personal). Al menos, eso era lo que en mi entorno familiar se respiraba, más si cabe cuando provenía de una familia donde mis padres no habían tenido la oportunidad de estudiar una carrera universitaria. Será por eso, que siempre agradeceré enormemente a mis padres el esfuerzo por facilitarnos a los tres hermanos la posibilidad de estudiar “una carrera con salida”, “una carrera en la que hubiera trabajo”. Gracias papá. Gracias mamá. Y en ese momento, e impulsado principalmente por esos motivos, decidí estudiar Ingeniería de Telecomunicación, siguiendo el camino que cinco años antes había tomado mi hermano, un referente para mí en aquel momento, y sobre todo, hoy día.

Hoy somos el resultado de las decisiones que ayer tomamos. Y de la misma manera, mañana seremos el resultado de las decisiones que tomaremos hoy. Es una de las claves que dan responsabilidad a nuestra vida y a la consecución de nuestras metas. Aquella decisión, más movida por el contexto y el entorno que por la vocación, me permitió ser protagonista de todo el proceso de evolución y desarrollo tecnológico que hemos vivido en los últimas dos décadas.

Aunque el concepto de Transformación Digital está de moda, no es algo que personalmente considere que sea algo exclusivamente actual. A lo largo de estos 20 años, creo que hemos experimentado continuas evoluciones y transformaciones digitales. ¿No crees? Desde la universalización del uso de internet, la implantación del correo electrónico como medio de comunicación profesional masivo (me atrevería a decir que excesivo), el nacimiento del mundo 2.0 y el tsunami de las redes sociales y la conectividad “just in time” a través de Whatsapp, pasando por los modelos de explotación Cloud y la optimización de las Smart Cities, que ya casi empiezan a sonar a pasado reciente sin haber ni siquiera llegado aún a desarrollar todo su potencial, y llegando a las actuales líneas de desarrollo tecnológico como son el IoT, Big Data, la Inteligencia Artificial y Machine Learning…todo ello en plena ebullición tecnológica. No hay duda de que estamos en la antesala de una verdadera revolución empresarial, productiva, social…y personal.

Porque si algo caracteriza a esta Transformación Digital con respecto a las anteriores, es la consciencia generalizada de poner el foco, no en lo tecnológico, sino en lo humano, no en el medio sino en el fin. La digitalización de las organizaciones, a mi juicio, no puede tener otro objetivo más importante que el de optimizar las EXPERIENCIAS DE LAS PERSONAS, clientes, empleados y colaboradores. Sólo potenciando y enriqueciendo estas experiencias conseguiremos consolidar nuestra propuesta de valor en las empresas.

Para liderar esta Transformación Digital necesitamos impulsar la Transformación de las PersonasNecesitamos conseguir desarrollar nuevos modelos de liderazgo en nuestras organizaciones. Necesitamos equipos conformados por gente buena, pero sobre todo por buena gente. Necesitamos transformar el miedo al cambio y al fracaso por el deseo de aprendizaje y crecimiento. Necesitamos empresas que pongan el foco en el bienestar interno, como palanca y driver de su productividad. Necesitamos en nuestras relaciones pensar, sentir y hablar más de “tú”, más de “nosotros”…y menos de “yo”.

Como pescadilla que se muerde la cola, desde Conzientemente así mismo creemos firmemente en el potencial y el protagonismo de la propia tecnología como herramienta de empoderamiento  para  el acompañamiento en la transformación, el desarrollo y el crecimiento de las personas, y de esta manera venimos trabajando para aprovechar la integración entre la tecnología y la neurociencia, a través de soluciones de neurofeedback, entrenamiento de habilidades cognitivas y de gestión emocional, así como el establecimiento de nuevos hábitos aprovechando la multicanalidad y la omnipresencia de las aplicaciones tecnológicas móviles.

Y es que no hay otra forma que…Growing Business by Growing People

                                                                                                                                                         El-hoy

Liderazgo de andar por casa

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Liderazgo…esa palabreja hoy día tan de moda…¿talento o habilidad? Para mí, sin duda: HABILIDAD.

Soy de los que piensa que el liderazgo tiene más que ver con la ACTITUD que con la APTITUD, está más relacionado con el QUERER que con el SABER. A mí me lleva más a relacionarlo con el DESDE DÓNDE que con el QUÉ o el CÓMO actúas. Convencido de que es una habilidad, por tanto, llego a la conclusión de que es entrenable.

Y tal es así, que son muchas las empresas y organizaciones que apuestan hoy día  por poner en marcha programas de desarrollo de liderazgo para sus directivos y mandos intermedios, convencidos de que en estos momentos de cambio y constante transformación, la forma de gestionar a sus personas conforma una de las palancas claves de diferenciación con la competencia. La tecnología está ahí al alcance de cualquiera, la diferenciación de productos es prácticamente inapreciable, los precios cada vez más ajustados y competitivos…pero las PERSONAS…¡ay amigo!…¡esas son únicas, diferentes y su valor, bien lideradas,…inigualable!

En nuestros programas acompañamos a directivos y mandos intermedios a desarrollar un nuevo modelo de liderazgo emocional, un modelo que toque corazones, que genera confianza y por tanto, compromiso. Liderar no es otra cosa que SERVIR a tu equipo y ser EJEMPLO, MODELO Y REFERENCIA  a tu equipo.

¡Esperen un momento!…SERVIRSER EJEMPLO, MODELO, REFERENCIA…¿Acaso no es eso lo que hacemos como padres y madres? ¡Eureka! ¡¡El liderazgo comienza en casa!!

Os dejo con el texto de este poema que me he encontrado googleando “Liderazgo Familia Hijos”:

Hay unos ojillos puestos en ti
que te observan día y noche.
Hay unas orejitas que no se pierden
ni una sola de las palabras que dices.
Hay unas manitas ansiosas
por hacer todo lo que tú haces.
Hay un niño que sueña
con el día en que será como tú.

Tú eres el ídolo de ese niño.
Tú eres el más sabio de los sabios.
En su mente jamás sospecha de tí.
Cree en ti a pies juntillas,
acepta todo lo que dices y haces:
dirá y hará a tu manera
cuando sea grande como tú.

Hay un niño con los ojos bien abiertos
que siempre cree que estás en lo cierto.
Sus ojos siempre están abiertos,
y te observan día y noche.
En lo que haces todos los días
le estás dando un ejemplo,
al niño que espera ser
algún día como tú.

Anónimo

Convencido de que somos los autores de los días de nuestros hijos, el liderazgo no es algo sofisticado ni de moda, sino algo de andar por casa y al alcance de cualquiera.

                                                                                                                           El-hoy

Papá, papá…¿Liderazgo se escribe con I?

Liderazgo

Papá, papá…¿Liderazgo se escribe con I?


Cuando tienes niños en esas edades en las que empiezan a aprender a discernir de manera correcta entre la b y la v (como en bondad y voluntad), entre la c y la s (como en decidir y servir)  o si tal o cual palabra se escribe con h o sin ella (como en humildad y esfuerzo), te das cuenta de la importancia de tu papel de liderazgo en su desarrollo y en su aprendizaje.

La primera vez que mi hija de 8 años me escuchó pronunciar la palabra liderazgo, no tuvo ninguna duda en escribirla de manera correcta.  Otra cosa es lo que llegó a poder entender en ese momento de su significado. La forma de explicárselo lo dejo para las últimas líneas de este post.

Pero, y tú, ¿qué entiendes tú por liderazgo? Permíteme que comparta contigo mi visión. Para mí el Liderazgo se escribe con I. Si, con I. Con I de Impactar. Con I de Influir. Con I de Inspirar. El líder es aquel cuyas acciones impactan en su entorno, que provoca cambios y reacciones en su equipo, en sus colaboradores, que los impulsa (por cierto, también con I) a la acción.  El líder es aquel que tiene capacidad de influencia en los demás, una influencia que bien canalizada, hace dirigir al equipo hacia una visión común y compartida. Y es aquel que es capaz de inspirar a su entorno para generar nuevos líderes. Haciendo un ejercicio de integración de todas estas definiciones me atrevo a decir que el líder es aquel que HACE QUE LAS COSAS PASEN.

Para todo ello, un líder debe de tener (y si no la tiene, desarrollarla) una gran Inteligencia emocional (por cierto, otra vez con I). Una inteligencia emocional que, a través de su propio autoconocimiento y su propia autogestión emocional, sea capaz de ponerse en los zapatos de los componentes de su equipo y sea capaz de desarrollar todo un conjunto de habilidades sociales y de relación que hagan llevar al equipo a un nivel de excelencia.

Quizás mi hija no entienda esta explicación de liderazgo. Creo que la mejor forma de explicárselo sea tratando de ejercer como tal: impactándole, influyéndole e inspirándole a sacar lo mejor de sí, reconociendo sus talentos y trabajando con dedicación en el desarrollo de estos.

Sin duda, ser padre se presenta como una excelente oportunidad para aprender a ser un verdadero líder.

                                                                                                                                                                                              El-hoy